El golf vuelve a los Juegos Olímpicos tras una ausencia de 112 años, pero lo hace de una forma polémica, debido a la falta de organización en la construcción del campo de golf que albergará la competencia. Los problemas en este campo no son algo nuevo: retos legales, lentitud en la construcción y disputas sobre propiedad de la tierra han derivado en demoras desde hace casi cinco años.
A estos conflictos ahora se suman las dudas sobre el impacto del campo en un ecosistema frágil. Eduardo Klausner, juez de Río, señaló que las obras pueden continuar, pero que no podían realizarse más excavaciones para el campo, ubicado en una zona considerada reserva natural. Para cumplir con la orden sería necesario realizar cambios en todos los hoyos de la instalación.
La propuesta fue rechazada por la empresa constructora, Fiori Empreendimentos, y el ayuntamiento carioca, que propusieron una nueva alternativa, refutada a su vez por el Ministerio Público.»Esa propuesta hace inviable la realización de los Juegos (Olímpicos). No es posible aceptarla», afirmó a medios locales el procurador Luis Roberto da Matta.
Ante la falta de acuerdo, el juez suspendió la audiencia de conciliación y adoptará una decisión final sobre la paralización o no de las obras en un plazo de 45 días.
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