PONTE VEDRA BEACH, Florida, EE.UU. – Había mucho en juego en el Q-School del PGA TOUR presentado por Korn Ferry, pero Raúl Pereda no iba a permitir que el estrés se apoderara de él.
Este lunes, el mexicano de 27 años comenzó la ronda final en quinto lugar, justamente la última posición disponible para conseguir una tarjeta del PGA TOUR para 2024. Birdies en dos de sus primeros cinco hoyos marcaron el comienzo perfecto de la ronda más importante de su carrera. Poco después, las cosas se complicaron rápidamente.
Pereda envió su tiro de salida al agua en el par-4 del hoyo 6 y su siguiente tiro de salida, en el hoyo 7, salió fuera de límites. Tras jugar esos dos hoyos en 3-sobre par, puso en peligro su tarjeta del PGA TOUR. Posteriormente dijo que podía sentir al “viejo yo” emergiendo, aquel que sucumbiría a la ansiedad y se pondría demasiada presión.
Pero esta vez Pereda mantendría esas emociones a raya.
“No me adelanté a los acontecimientos”, dijo Pereda. “Cuando me estaba quedando atrás mientras caminaba con mi grupo, simplemente me daba ánimo y me calmaba a mí mismo, diciéndome que siguiera adelante, que podía hacerlo y que nací para esto”.
“Mi psicólogo deportivo siempre me enseñó a ver esto como una pelea de boxeo. Vas a golpear, pero también te van a golpear. Me golpearon al principio de la ronda, pero aún me quedaban 12 hoyos, así que más valía que lanzara algunos golpes”.
Su persistencia dio sus frutos. En lugar de sumarse a la lista de desilusiones en la historia de este evento, escribió su historia en el otro extremo del espectro. Embocando dos chips, primero en el hoyo 10 y poco después en el hoyo 14, Pereda dio un salto inmediato desde el PGA TOUR Americas al PGA TOUR.
Pereda es ahora otro ejemplo de lo rápido que el Q-School puede cambiar vidas. Inició la semana ubicado en el puesto 891 del mundo, habiendo participado en solo un torneo del PGA TOUR en sus cinco años de carrera profesional. Pereda ni siquiera sabía que se había clasificado para la Etapa Final del Q-School del PGA TOUR presentado por Korn Ferry cuando salió de la sede donde jugó la Segunda Etapa en California. Uno de sus mentores, el exjugador del PGA TOUR Jeff Klauk, fue quien lo llamó para informarle que dos bogeys tardíos de otros competidores lo habían metido dentro de la línea de corte.
Clasificar al Q-School del PGA TOUR presentado por Korn Ferry fue una oportunidad para competir en casa, en dos campos de golf que había estado jugando desde sus días como estudiante en la Universidad de Jacksonville. Aún vive cerca de aquí.
“Creo que estaba destinado a suceder aquí”, dijo Pereda. “Fue por una razón. La mesa estaba servida para mí y simplemente lo aproveché de la mejor manera posible. Estoy muy agradecido de haber llegado a donde estoy”.
Los lazos locales de Pereda son una razón por la cual una gran multitud se reunió alrededor del green del hoyo 18 del Dye’s Valley Course en TPC Sawgrass. Entre los presentes estaban Klauk, su colega del PGA TOUR Russell Knox y su entrenador universitario, Mike Blackburn. La decisiva actuación de Pereda se produjo un día después de acompañar a su padre, Francisco, afectado por cálculos renales, en la sala de emergencias. La visita al hospital ayudó a mantener la mente fuera de lo que le esperaba el lunes. Ante estas circunstancias, a Francisco no le quedó otra más que ver la ronda final del Q-School desde la casa club del TPC Sawgrass.
“No pudo salir a verme, pero me alegra que no lo hiciera porque probablemente habría tenido un ataque cardiaco”, dijo Raúl.
Los dos chips que embocó para birdie el lunes fueron parte de una ronda de 1-bajo par 69 que le permitió terminar en el cuarto lugar con 8-bajo par 272, ganando su tarjeta del TOUR con lo justo. Su birdie en el par-5 del hoyo 16, donde pegó su approach muy cerca del hoyo, le dio un buen margen para obtener su tarjeta pese a anotar un bogey en el último hoyo.
“Es de las personas más delgadas que hayas visto. Debe pesar 130 libras, pero genera una buena velocidad”, dijo Knox. “Es uno de esos tipos con los que juegas y te preguntas por qué no ha logrado (llegar al PGA TOUR). Siempre parecía que iba a lograrlo. Se ha mantenido, trabajando duro y poniendo un pie delante del otro”.
Pereda, originario de la ciudad de Córdoba, en el estado de Veracruz, dio el salto al profesionalismo hace cinco años y ha jugado principalmente en el PGA TOUR Latinoamérica, donde sumó 11 top 10s en 42 torneos, y en la Gira Profesional de México, en donde a los 17 años se convirtió en el primer aficionado en ganar un torneo.
A esta altura de su carrera solo ha jugado un torneo en el Korn Ferry Tour y en el PGA TOUR. Esa única aparición en el TOUR, en el México Open en Vidanta a principios de este año, jugó un papel importante en su camino a la tarjeta del TOUR.
Pereda empataba el cuarto lugar después de un sobresaliente 65 en la primera ronda. Embocó desde 249 yardas para águila en su séptimo hoyo de la segunda ronda e hizo otra águila en la ronda final después de que su tiro de salida en el hoyo 7, un par-4 de 297 yardas, reposara a solo 60 centímetros del hoyo. A la ronda final llegó dentro del top 20, pero terminó empatado en el puesto 60 al cerrar con un 76.
“(Me) dio la perspectiva de que estoy hecho para esto… y que solo era cuestión de tiempo para que empezara a creérmelo”, dijo. “Realmente me animó a esforzarme y a confiar en lo que venía haciendo”.
Esa confianza dio como resultado su primera tarjeta del PGA TOUR.